Erasmus, El Comienzo

14/9/10
Ya llevamos aquí unos cuantos días, 6 para ser exactos y aunque estoy en un país nuevo, en una ciudad que no conozco y parece que tengo infinitas cosas que hacer… ESTOY ABURRIDO.
 Los primeros días se pasaron deprisa, entre llegar a la una de la madrugada y sobar en el portal la primera noche como si fuéramos vagabundos, dando las buenas noches y después los buenos días a los que serán nuestros vecinos los próximos meses hasta que encontramos a alguno que hablara algo que pudiéramos entender, y comprender porque no tenemos las llaves de nuestra casa y porque la casera está desaparecida. Después de dar con la elementa, llamar a un cerrajero para que cambiara la cerradura de la casa porque la dueña no tiene llaves de su casa y descubrir después una enorme, aunque curiosa, montaña de mierda en toda la casa SORPRESA!!  No hay Agua corriente ni Luz!!

Nuestra por ahora querida vecina y presidenta de la comunidad nos explica que la amable de la casera, que por cierto se llama Kiriti Katherina, de ahora en adelante Tiriti o “La puta de la casera”, lleva sin pagar las facturas unos cuantos meses y tiene unos pufos que no tienen nada que envidiar a la deuda externa de cualquier país africano. Fuimos a su tienda, a la que dedicare un capítulo aparte, y tras desesperarnos accedemos a adelantar nosotros el dinero a cambio de no pagarlo en las cuotas del alquiler. Pagar una cuota de la luz o el agua puede parecer algo fácil, pero en un país en el que casi nadie habla inglés y donde los recibos hay que pagarlos en metálico la historia se pone cuesta arriba. 
Si le añades que  la deuda de esta señora no se podía cancelar y que debemos hacer un nuevo contrato a nuestro nombre,  para lo  que hay que ir al registro de la ciudad, darse de alta, que te den el numerito Α.Φ.Μ. y que te sellen el contrato de alquiler para después volver a la compañía y dar de alta el nuevo contrato el día se pone, cuanto menos, interesante; y no solo por el papeleo a realizar, sino por la gracia de cruzarse media ciudad de lado a lado varias veces hasta encontrar los sitios que buscas, porque si tú le preguntas a un griego donde está el registro no tengas la menor duda que él te enviara en alguna dirección, aunque no tenga ni idea de donde está.
Pero lo mejor viene cuando POR FIN tienes agua y luz, entonces es cuando puedes empezar a limpiar la inmensa cantidad de mierda que tiene la casa, excepto la nevera de la cocina, que ha estado varios días precintada y en cuarentena hasta que nos hemos atrevido con ella y los, quizá guisantes, quizá dios sabe que,  que había en su interior en un estado de descomposición que ni los del CSI serían capaces de resolver.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaj muy bueno, muy tipical erasmus...

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